domingo, 17 de abril de 2011

ESTUDIANTES: DE PICARDÍAS, FÚTBOL Y ACEQUIAS

Ya sea en el contexto de los viejos torneos Nacionales de AFA, en el Nacional B o en los últimos años de Primera División, Estudiantes de La Plata tiene historias curiosas en Mendoza. Desde aquellos recordados partidos ante el Gimnasia y Esgrima del Víctor Legrotaglie hasta los últimos enfrentamientos contra Godoy Cruz, el Pincharrata ha generado anécdotas sabrosas en este lado del mundo que merecen ser repasadas.
De Mendoza hablamos. Tierra de vides y acequias, que Tejada Gómez y Tito Francia supieron retratar en verso y música. Algo en lo que no debe haber reparado uno de aquellos muchachos del plantel de comienzos de los setenta que vino a jugar ante Gimnasia y se cayó a una acequia. Para quienes no lo sepan, se trata de una especie de canal cuya profudidad puede ser hasta de un metro y habitualmente puede arrastrar agua. La acequia suele ser el disparador de cierto mito de que los huarpes (habitantes originarios del lugar) las hicieron para evitar el riego todos los días, aunque más allá del chiste se trata de una original idea para trasformar
a un territorio seco un habitat fértil para el cultivo.
“La verdad es que ninguno de nosotros sabía que era una acequia”, contó alguna vez Carlos Bilardo, referente pincharrata. Uno de los esos jugadores se bautizó en terreno mendocino al caer en una de esas acequias.
de Otra de ese viaje de 1971. En el choque entre Gimnasia y Estudiantes que terminó 2 a 1 para el Lobo (jugado en el estadio Feliciano Gambarte de Godoy Cruz), hubo un duelo especial entre Legrotaglie y Pachamé, símbolo de aquel duro equipo. El Pacha, furioso ante el toque gimnasista, quiso prepotear al Víctor que no contestó con violencia sino con fútbol: esperó que Pachame viniera en su búsqueda y con precisión apuntó a la cabeza del jugador y le hizo rebotar el balón en la frente.
Por aquellos años Estudiantes arrastraba la fama de ser un elenco que apelaba con frecuencia a los recursos ilícitos para conseguir sus propósitos en la cancha. Se decía que usaban alfileres o que le tiraban tierra en los ojos a los rivales, entre otros ilícitos. Mucho habían contribuido para ello dos choques violentos, ante Racing y el Milan a fines de los 60. Ese tipo de prejuicios hacía que Estudiantes fuera catalogado como un exponente del antifútbol. Acaso ese prejuicio hizo que el abogado mendocino Gómez Chavero se presentara de oficio en un juzgado al escuchar por radio que los jugadores Frassoldati y López agredieron a Reggi y Letanú, de Gimnasia, en un duelo de 1975. Ambos fueron sobreseídos.
(dirigió a San Martín) y Leo Ramos (uruguayo, jugó en Independiente En 1994 una constelación pincha vino a enfrentar a Godoy Cruz por el Nacional B. La Brujita Verón, Calderón y Capria le ganaron el duelo al Tomba con gol de Manuel Aguilar, tras un fortísimo remate de La Brujita que no pudo retener el arquero Christian Corrales. De ese equipo, varios jugadores tendrían relación directa con el fútbol mendocino: El Chocho Llop (dirigió a Godoy Cruz), José María MartínezRivadavia). Acaso lo mejor de esta historia está en que muchos años después un hijo de estas tierras como Enzo Pérez (como antes José Daniel Ponce y Rubén José Agüero) se convirtió en un referente del Pincha que ganó la Copa Libertadores y fue subcampeón del Mundial de Clubes en 2009.

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